viernes, 31 de julio de 2009

Un breve ensayo sobre la crisis cultural en la provincia

Necesariamente, cuando hablamos de cultura regional, tenemos que adentrarnos en un terreno escabroso, es algo de lo que nadie se atreve a hablar, porque claro que desde hace ya mucho tiempo las cosas no funcionan como debieran, es que desde el albor de la democracia nos parecía que de alguna manera íbamos a cumplir con todas esas metas postergadas por los gobiernos de facto y sin embargo al igual que en aquel entonces tenemos que limitarnos a mirar hacia otra parte cuando tocamos los temas comunes o recurrentes, que de alguna manera nos importan a todos y que son el itinerario que nos hacen testigos de las deficiencias en un sistema de gobierno que debiera contar por lo menos con un programa serio en cada una de sus áreas que sea a su vez respetado en un digamos 50% como mínimo; imagínense, se realizan inauguraciones de exposiciones de arte o actos culturales de cualquier índole sin contar con el mínimo presupuesto, sin difusión, con las diez o quince personas que nunca faltan, que se aplauden a si mismos y se apretujan para la foto. Con los edificios deteriorados, que desde hace años no se les hace ni una mano de pintura, y un escaso numero de entendidos en la materia que tras un cargo y en defensa del mismo van a vender sus buzones, a quitar los envoltorios de paquetes que nadie compra, a desvirtuar el real accionar de las instituciones culturales por otras emparentadas con lo que debiera atender el ministerio de acción social, paradojas, extrañezas, y entre todo esto una discusión estéril de que tenemos personas brillantes trabajando en pos de nuestra cultura y la pregunta obligada es si son tan brillantes porque las cosas no funcionan, porque los proyectos son solo anuncios sin mas, porque todo el patrimonio cultural, enorme, indimensionado que tenemos esta hecho pedazos, caído al fango, perdido. Es triste la verdad ya lo sabemos, nos cansamos con los años de ver al final de la noche en alguna exposición a los artistas, esos aguerridos soñadores que todavía guardan la esperanza de que en la próxima muestra ocurra el milagro de que las salas se colmen de gente, de fotógrafos, que este allí toda la prensa, las cámaras de televisión, los jóvenes estudiantes universitarios, los chicos de los colegios, los escritores, intelectuales, aunque sea el 1% de las mas de 200.000 personas que habitan este suelo; como debiera ser en realidad y esa muestra sea una verdadera fiesta para todos. Nada mas alejado de la realidad, es que aquí y en casi todas las ciudades del país por lo general se esta confundiendo política partidaria con lo que debiera ser una política de Estado, es decir que la crisis que atraviesan las instituciones culturales en su conjunto sean una cuestión obligada en la agenda no solo de gobernantes, sino de cada uno de los legisladores; se esta confundiendo obsecuencia, con el real deber del funcionario publico que se debe a la comunidad. Es difícil debatir sobre estas cuestiones sin que alguien salga lastimado, ya sea por intereses lógicos o no, aunque las ideologías han muerto ya hace mucho tiempo, cuando hablamos de cultura desde las instituciones no es algo que se debe tomar a la ligera, se debe pensar en el conjunto de la sociedad porque en definitiva la sociedad es la que le esta pagando un sueldo a esa persona para que decida que es lo mejor que se puede hacer no por dos o tres o cinco, sino por miles, puede ser que algunos ilusos piensan que todos tenemos la culpa de lo que pasa a nuestro alrededor y esa es otra gran mentira que nos intentan hacer creer, es parte de la sordera, el karma de los argentinos, de no aceptar que quienes se equivocan, son los que tienen el poder para hacerlo y ese equivoco por mas mínimo que sea es una vorágine que arrastra y se lo lleva puesto al pueblo sin ningún tipo de reclamos.
Belgrano por ejemplo uno de los hombres si los hubo mas cultos de nuestra historia, pionero de la educación artística en nuestro país, no podía dejar de pensar en el bien publico, su vida no tenia sentido sin un sentido social, al punto de donar toda su fortuna personal en pos del mismo. Ahora daría risa pensar que alguien puede interesarse por el bien social.
Es el tiempo de las individualidades manifiestas, de los que ni saben lo que dicen con tal de arrebatarle al otro la razón y desplazarlo como sea, es el tiempo de los que buscan ganar a cualquier precio, de las bajezas repetidas, de los elitismos de cartón y el haz lo que yo digo pero no lo que yo hago, lo que pasa desde siempre quizá tampoco seamos ilusos, pero también es el tiempo de los lideres que nadie respeta, de hombres sin honor, falsos, mentirosos, hundidos, pequeños.
Posiblemente tarde o temprano tengamos que replantearnos muchas de estas cosas y pensar cual es el destino que queremos para nuestros hijos, no se pueden seguir perdiendo generaciones así de esta manera. Si es necesario pedir un cambio, hay que hacerlo desde el absoluto respeto, cada cual tiene un tiempo de gracia para demostrar lo hace, terminado ese lapso si lo hace bien entonces todos acompañamos el esfuerzo, pero si no es imposible continuar, y lamentablemente en materia cultural en esta provincia hay que seguir buscando hasta dar con las personas indicadas. Hay quienes aseguran que es muy joven nuestra democracia, que tenemos que ir limando asperezas, reacomodar la carga, y por supuesto que la democracia es la forma mas evolucionada de de gobierno que pueda existir en el planeta de eso ni se discute sin embargo por ahí nos pasa que los que van al volante, ha decidido tomar un atajo que no nos lleva hacia ninguna parte y cuando se nos ocurra volver habremos ya perdido el norte.