sábado, 28 de mayo de 2011

Un Ensayo Sobre los Orígenes de la Critica de Arte en la provincia de La Rioja (Argentina) 2da Parte

De Facilismos Y Demagogia

En otro aspecto de la cultura provincial, si vemos la obra cultural del franciscano, padre Gómez, por ejemplo al momento de crear el Museo Hinca Huasi, gestionar sin intermediarios ante el Estado Nacional la construcción de un edificio para albergarlo, sus memorables expediciones arqueológicas, sus notas, y estudio sobre las culturas originarias del noroeste, ese si fue un hecho realmente sin precedentes y hoy a mas allá de los problemas que siempre aparecen, para su funcionamiento correcto, a la institución (privada) podemos palparla, la tenemos al alcance de la mano, junto con su obra y su legado, es repetimos, una realidad, claro que lo primero fue una visión, una idea, un sueño que fue tomando forma en el contexto de la sociedad, que acompaño tal iniciativa. Ahora grupo -Calibar- aun al día de la fecha es realmente desconocida su labor como tal, ahora ¿porque se intento crear una imagen del mismo que no encaja con la realidad? lo ignoramos, aunque suponemos que de nuevo las cáscaras de lo político, y de una falaz ideología sobrevuela en esta historia disparatada de lo que nunca fue, basta no obstante con saber que por lo menos la gran masa social de la provincia, sigue sin registrar absolutamente nada del mismo.
Continuando con el tema que nos ocupa, si aceptamos que “un grupo” de unos pocos cambio la cultura de La Rioja, haciendo castillos en el aire, ¿que tendríamos que hacer entonces? poner en un pedestal a la gestión del actual rector y su equipo de asesores, de La Universidad Nacional de La Rioja por abrir la carrera de arte hace unos años, y la verdad que eso es solo algo que podríamos decir, sucede consecuentemente en cualquier región del mundo. En Tucumán, hace décadas que existen las carreras de arte, en Mendoza, San Luís, Córdoba, ni que hablar de Buenos Aires y por ello ningún pionero de la creación de las mismas ha sido siquiera reconocido, pues esto forma parte de una demanda, lógica de profesionalizar lo que el sondeo de mercado decide como alternativa laboral y que se convierte en un necesario reclamo de la comunidad. Pero como siempre en La Rioja se suelen exagerar las cosas, hasta el día de la fecha los ridículos personalismos tanto en lo cultural como en cualquier esfera, son una constante y eso es lo que los investigadores de nuestra cultura tienen que procurar avistar, sino termina siendo desacertado, e incoherente a los ojos de quienes deben capacitarse, pero desde los hechos concretos.
Es preciso mencionar también que la gran mayoría de los artistas que dejaron la provincia, por aquel entonces, es decir la ultima mitad de la década de 1950 y principios de 1960 por diferentes motivos (que aquí no nos compete analizar) indudablemente si tuvieron la suerte de crecer, mucho más que otros que nunca traspasaron las fronteras provinciales, lógicamente a partir de la crítica especializada, pero no confundamos las cosas, eso no significa que fueron mejores que los que se quedaron aquí batallando solos, quijotescamente contra todos y cada uno de los males propios de una pequeña ciudad empobrecida y olvidada.
Es curioso intentar replantearnos una historia del arte, desde la mera crítica de arte, aunque suene redundante, no desde las banalidades políticas con la cual se insufla cierta trascendencia artística de este periodo. Las investigaciones que realizamos al respecto dan cuenta que hay cosas que no fueron ciertas, artistas que por ejemplo aseguraban o afirman aún, haber sido silenciados en pleno gobierno dictatorial, tanto en los 60 como a partir de mediados de 1970, pero sin embargo, existen catálogos de la época, que prueban todo lo contrario, auspiciados por cultura provincial o municipal (lógicamente intervenidos ya por aquel entonces) participaciones, convocatorias y demás acontecimientos culturales, donde los artistas se daban cita sin ningún tipo de remordimientos. Se sorprenderían si les diéramos algunos nombres. Aunque no es para tanto, el hombre por naturaleza es contradictorio y también puede darse el derecho a equivocarse, por lo menos eso salta a la vista como un análisis, a priori, las mentiras siempre tuvieron su gran protagonismo también en el arte, antes e inclusive en la actualidad existen artistas que inflan sus curriculums, inventan estadías y muestras en el exterior que nunca fueron, u otras aquí mismo y en provincias cercanas que no tuvieron gran trascendencia, y hasta algunos audaces declaran contar con obra, en algunos Museos Internacionales, por ejemplo y sin embargo, al ser consultadas dichas instituciones, nos aseguran desconocer siquiera el curriculum y la obra de dichos artistas. Y esto sin duda es producto de un ansia de protagonismo incoherente propio del subdesarrollo cultural, que muchos no quieren ver, un índice invisible, digamos, según cuanto nos convenga y con el cual convivimos desde siempre porque en verdad nunca existieron en la provincia periodistas culturales especializados por lo menos hasta hace unos pocos años.
Los ochenta es una etapa un tanto desapercibida en la crítica de arte provincial, podríamos llamarle -desapasionada-, pero si, recurrente sobre cuestiones que hacían al momento político que se vivía, el retorno de la democracia, la palabra “reivindicación” es el comodín de la baraja social con la cual jugaran las escasas publicaciones sobre critica de arte y otra vez aquí el talento se mide en términos ideológicos, se confunden las cosas como siempre, y se emplean los análisis menos imaginados para defender la obra de un pequeño circulo de artistas enviciados por destacar sin siquiera haber sido coherentes en su carrera, ni en el sentido de su obra, sin embargo los esfuerzos de la irrisoria critica no alcanza para tapar la creatividad deslucida de algunos de estos artistas, aparte de que el problema en el arte, pasaba por otros costales, ya que en el resto del universo, salvo La Rioja, el arte ya había virado hacia otras latitudes, y la critica inexistente se llevo consigo los hechos materiales sobre el arte valorable de entonces.
En los noventa la critica de arte es solo un supuesto, la prensa se enfrenta a una nebulosa, la misma que no promueve los hechos culturales, salvo su connotación política, (casi una réplica de lo que sigue sucediendo hoy por hoy) el público desconoce quiénes son sus artistas y algunos de estos, un reducido grupo, se aferra a las mieles del gobierno de turno, surge lo que aquí podríamos llamarles -Los Artistas o pintores oficialistas o Menemistas- estos consiguen salir de gira por diversos países, representando como es de imaginar no nuestra cultura, sino una administración fraudulenta, (la de Menem uno de los presidentes mas corruptos que hayan existido en la historia de Argentina y Latinoamerica) que poco a poco se iría derrumbando, pero lo mismo, estos artistas de un claro partidismo neoliberal, por aquel entonces dejaran sentada en sus hojas de ruta, las presentaciones en el extranjero, EE.UU, España, Francia, entre otros países, en futuro, por supuesto obviaran mencionar en sus curriculums, que todo se trataba de una jugada política, y hasta hoy seguramente estarán rogando que nadie lo recuerde, de hecho la aparente critica ni siquiera se ocupa de un mísero análisis al respecto, todo aquello pasa rápidamente, pero La Rioja paradójicamente en la década de los 90 terminara siendo celebre a nivel nacional, e internacional, no por sus artistas sino por el saqueo de 40 obras de arte, concedidas a préstamo por el Museo Nacional de Bellas Artes al único Museo de arte de la provincia, Octavio de La Colina, al ser solicitada su devolución, se las envían y un experto en arte se da cuenta en seguida que son copias, que son un fraude, ya sabemos como sigue la historia, las obras no logran recuperarse jamás, según el Diario La Nación, la denuncia del robo recae en la INTERPOL, pero nadie, absolutamente sabe, nada, ni artistas, ni funcionarios, ni los pocos dedicados al comercio del arte. La prensa local, se hace eco, muy sesgadamente del asunto, y la crítica deja sus páginas en blanco, los artistas la gran mayoría partidaria del gobierno mira hacia otra parte ¿Temor? ¿Complicidad? ¿Corrupción? La pregunta es ¿Quién fraguo cada una de esas obras? ¿Cual o cuales son los copistas delincuentes y sus socios que fueron capaces de hacer semejante barbaridad? ¿Quién o quienes son los estafadores que aun al día de la fecha quizá caminan entre nosotros, cuando deberían estar en la cárcel? Nosotros no creemos que haya sido alguien de la provincia, más bien es alguien que decidió radicarse en la misma, y son pocos los capaces de dominar ciertas técnicas como para producir el fraude. Lo cierto es que nadie, salvo el artista chileciteño Hermes Quintana, exigirá a través de artículos publicados en los medios, sean devueltas el largo número de significativas obras arte, desaparecidas. Lo cierto es que estas bajezas, quedaran para siempre como un escándalo mas, de un gobierno de fracasados, que a su vez dejo en evidencia a Los Artistas Menemistas que aprovecharon la ocasión, y cuando tuvieron que defender lo nuestro se llamaron a silencio, a cambio de pasajes, hoteles y viajes y la supuesta -carrera- que los llevaría a la cima, pero no tuvieron en cuenta que eso no les dejaría librados del peso de esas incomodas verdades, que los condenan en el pasado y claro está arrojándolos a la indiferencia, con la cual -su obra, trayectoria, y legado- seria desmerecida en años posteriores, a mas allá del cambio de postura de cada uno, políticamente hablando.
Ya a finales de la década del noventa, el critico, docente, investigador y coleccionista de arte, quizá uno de los mas importantes del país, Ignacio Gutiérrez Saldivar, hará un pequeño sobrevuelo por el arte de La Rioja para un trabajo especial propuesto por el gobierno de la provincia, para el libro “La Rioja, su Patrimonio Cultural” aunque es solo un capitulo final, (ya que la obra trata mas de lo arquitectónico) sin hacer análisis profundos ni mucho menos, de unas pocas paginas, no deja de ser uno de los gestos mas sobresalientes del gobierno de entonces, a pesar del desastroso modo en que se bastardeo a las entidades culturales, también de ese momento, fue un guiño, como para recomponer la imagen ante la gente, una imagen calumniada por una manera insulsa y degradante de hacer política.
El año 2000 implica un gran retroceso del arte provincial, que no encuentra un rumbo acertado, la crítica sigue en un al parecer eterno silencio, las muestras de arte oficiales no dejan un gran saldo de público. La prensa lo refleja al pasar como de relleno, la cultura de La Rioja agoniza. Todo se hace midiendo los tiempos políticos, el termómetro de las cuestiones culturales, pasa literalmente por complacer al mandamás de turno por parte de seudo artistas defensores mas de causas políticas, que de su propia y menoscabada obra. Los nuevos artistas independientes no encuentran su lugar, se debaten entre el intento y la decepción, brillan en pequeñas exposiciones, que como luces artificiales duran solo un instante, nadie los toma en serio, son rehenes de la indiferencia de un gobierno que no le importa la cultura, impera el caos, la desorganización y la política corrupta hace cenizas todo lo que toca. El casi nulo consumo de arte se restringe hasta la sofocación y es el principio de la decadencia que continuara hasta nuestros días.
La universidad de La Rioja (UNLAR) abriría también una carrera especifica de arte, y apenas a un tiempo de comenzar se produce un escándalo de magnitud, la expulsión y lógicamente la posterior renuncia de docentes especializados en arte de Mendoza no solo de gran capacidad, sino de ideales humanitarios, estos proponen la formación artística integral del alumnado a partir de valores basados en la solidaridad, y la cooperación, pero no consiguen el respaldo de sus colegas, de La Rioja, es un hecho repudiable y sin embargo no alcanza el eco de ningún medio de prensa.

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