sábado, 12 de septiembre de 2009

Sobre resguardar y recuperar nuestro patrimonio cultural

Siempre las verdades son molestas, a ninguno de nosotros nos hace gracia cuando alguien, sea quien fuere nos señala un error por un defecto, porque nos parece que desde nuestra óptica lo que nos rodea tiende a distorsionarse a nuestro favor por cierto, mejor dicho nos parece que esta bien, que así sea; es decir como pensamos y obramos por muchas razones, el hecho de que cada uno de nosotros lleva consigo un bagaje de conocimientos que torna en acciones para bien o para mal y en toda esa vorágine de intenciones, olvidamos nuestras limitaciones y terminamos por subestimar a los demás, terminamos por creer que tenemos la razón en todo, y resulta al final que no hay nada mas alejado de la realidad.
Cuando hablamos de los circuitos culturales de nuestra provincia (salvo dos o tres lugares que fueron restaurados a medias hace unos años) basta echar un vistazo a las fachadas de los edificios que se supone resguardan nuestro patrimonio artístico – cultural y sin grandes arrebatos podemos llegar a confirmar que estamos muy lejos de lo que debería ser un orgullo, hablamos como simples ciudadanos por supuesto. El Museo de La Ciudad, con sus instalaciones deterioradas, y sin ningún tipo de iluminación especial que destaque su presencia. El Museo Octavio de La Colina que tiene sus obras pictóricas que son su patrimonio fundamental arrumbadas en una oficina – depósito donde jamás culmina la ejecución de las obras pertinentes, para el resguardo de las mismas inconcretas por falta de presupuesto. O el Museo Histórico por ejemplo que cerro sus puertas por refacciones y jamás volvió abrirlas hasta el día de la fecha, dejando un caudal de reliquias en manos de la arena del olvido y quien sabe si también en manos de los suspicaces de turno. La inexactitud de un claro y sistemático programa oficial de cultura, que no sea quimérico, que se cumpla al pie de la letra, porque con las palabras hacemos un mundo, pero los hechos son diferentes. Los tiras y aflojes políticos, la escasa publicidad que se le da a cada uno de los eventos que se realizan contra reloj. Indudablemente existe un desinterés total por parte de autoridades y abdicados defensores de la cultura y en ello nos incluimos porque consideramos desde el inicio de estas notas que no sirve señalar culpables sin establecer primero una autocrítica. La falta de sensibilidad es notable en quienes esta depositada la responsabilidad sobre estas cuestiones, pero quizá nuestra propia irresponsabilidad sea aun mayor y no hay que olvidar que cuando no se hace lo que se debe en tiempo y en forma ya no sirven las explicaciones del caso.
Para decirlo claramente ¿Como es posible? que en una provincia con tan profundo caudal cultural, con una identidad sostenida por siglos, donde han nacido algunas de las mas grandes personalidades de las letras y del arte, no existe un lugar, (museo) que conserve siquiera lo mas importante de nuestros antepasados aborígenes, como estos y por respeto se merecen. Nada conservamos de la etapa colonizadora, ni siquiera un espacio donde puedan recrearse constantemente esos hechos y sean apreciados por las nuevas generaciones. No conservamos nada de las revoluciones de los grandes caudillos federales, a más de lo poco que queda en los museos del interior después de los saqueos de los años noventa, no valoramos, ni resguardamos ni un esbozo real de los personajes simbólicos que sellaron a fuego la historia de nuestra tierra y del país. No conservamos siquiera el tesoro arquitectónico de la ciudad, que fueron despojándolo poco a poco de cada una de sus edificaciones emblemáticas o se las dejo de lado hasta el punto del derrumbe obligado y conveniente.
Lamentablemente en esto no hay nadie a quien señalar, no hay caras visibles para echarles la culpa, tenemos que ser concientes de nuestras falencias, y no caer a lo de siempre, al chivo expiatorio, a la injuria fácil, y rebuscada, al golpe bajo, a tirar la piedra y esconder la mano porque todos nosotros la comunidad entera es culpable, ¿Cómo? me dirán ustedes si yo no hice nada, pues precisamente, ese es el problema, el paso a un costado, el desinterés, la falta de ganas si se quiere de preguntar, de indagar, de buscar respuestas, ese eterno no te metas, el miedo a las represalias, el creer que ya nada tiene solución, la falta de solidaridad, el exacerbado individualismo, son las causantes únicas y reales de que este pasando semejante trivialidad y dejación. Ahora hay que pensar en lo que queremos para nuestro futuro, pensar en serio porque ahí están nuestros hijos comenzando a buscar que alguien les diga porque suceden estas cosas. Porque lo que debiera ser importante ha dejado de serlo. Porque nos interesa tan poco educarnos como corresponde en cuanto a defender nuestro potencial cultural. Se trata simplemente de empezar a proponer una idea, a investigar ejemplos concretos de lo que podríamos hacer para mejorar todo lo que de momento a otro se esta perdiendo pero sin alucinaciones absurdas. A no esperar que los otros empiecen, cuando cada uno puede hacer lo suyo desde su pequeño o gran lugar y sobretodo acostumbrarnos a no esperar que todas las grandes soluciones caigan del cielo, se puede imaginar un destino diferente, lo que no podemos hacer es creer que un pueblo que no valora ni respeta su cultura llegara tan lejos, porque de seguro caerá en la mas absoluta de las postergaciones y entre todos no podemos ni debemos permitirlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario