sábado, 12 de septiembre de 2009

Sobre Salones, Concursos, Premios y El Arte Como Forma de Vida

Nadie quien se precie de artista serio puede esperar que a partir de participar en Salones o Concursos su carrera tome relevancia, haber si nos entendemos, los premios y concursos en el arte no son una competencia, no es una maratón, ni siquiera un juego con reglas preestablecidas, se trata simplemente de promoción cultural a veces oficial o no, pero para que quede claro en materia de arte no se puede establecer un patrón, una cinta métrica de razones anunciadas y matices determinados, no existe una especie de tabla rayana de ganadores y perdedores ¿Que hubiese hecho entonces el pintor frances Paul Cézanne que fue muchas veces rechazado en mas de un Salón? y sin embargo su vehemencia y creer en si mismo le dio a su trabajo una preponderancia que no tiene punto de comparación en la historia del arte universal.
Así pues no siempre los Salones, o Concursos posicionan a un artista porque frecuente, se establecen ciertas pautas para quien decide participar en estos; pero la mayoría de las veces esas pautas se contradicen con las visiones o con la manera de comunicarse de los mismos, ni siquiera coinciden por lo general en la temática que les da brillo a sus obras y que deben acomodar para ser favorecidos, hay todo un andamiaje existencial que se cae hacia lo ético y lógicamente en esa muy personal escala de valores que cada cual lleva muy adentro y que debe ser dejada de lado en mas de las ocasiones a la hora de decidir participar; indudablemente queda en cada uno establecer sus prioridades.
Por otra parte están los que enterados del Concurso se lanzan a una carrera en contrarreloj, después de todo un año e incluso toda una vida sin tocar un pincel y de seguro sin tener idea de cómo se hace, para incursionar en lo que de ninguna manera deberían, en primera instancia porque es una falta de respeto a si mismos y a los demás participantes y también a los espectadores y en segundo lugar tenemos que reconocer sin ningún tipo de prebendas que cualquier Concurso respetable de arte pictórico no debería admitir a los improvisados, no hay lugar para ese estereotipo de personajes que no deja de tener el sayo de viveza criolla si se quiere pero lo que es triste e inadmisible y como si fuera una rara pero acostumbrada paradoja de los tiempos que corren a los jurados les sienta bien, el juicio sobre sus preferencias ya esta resuelto sin derecho a replica y no se hable mas del caso (no quisiéramos pensar que por desconocimiento). En realidad nada debería asombrarnos en tiempos en donde se desubican todos los indicadores, en donde ya no tenemos grandes iniciativas.
La historia del arte esta plagada de artistas que fueron rechazados, censurados, prohibidos, que fueron los últimos, los peores fracasados, los olvidados de su tiempo, los que al parecer perdieron terminantemente, pero que a la vez jamás claudicaron sin impórtales cuan lejanos se quedaban sus sueños, sus ideales, continuaron irremisiblemente con o sin éxito sus búsquedas, sin tener en cuenta que la historia de sus vidas terminaría por consagrar también su arte. ¿Quien no se conmueve ante la batalla existencial de Renoir? Que en sus últimos años y debido al reumatismo deformante, pierde la movilidad de sus piernas y de su manos, pedía a pesar de todo el dolor que debía soportar, lo llevasen en los atardeceres en su silla de ruedas hasta alguno de los paisajes de su jardín, allí lo situaban frente de su caballete, le ataban los pinceles a su muñeca y pintaba como si fuese su vida en ello. Frida Khalo a pesar de pasarse casi toda su vida postrada en una cama, debido a un accidente que le dañara irreversiblemente la columna vertebral, pinta expresando su profundo dolor, su terrible angustia y desesperación sin dejar de lado a mas de sus obras intimistas, otras que reflejan la afirmación de la identidad de su gente, hablamos de las intensas tradiciones mexicanas.
Esa es la diferencia entre un artista y otro que lo hace por vicio. Quien hace de su arte un modo de vida ve reflejado en sus creaciones, sus íntimos pareceres, cuestiona, descubre y se autodescubre, combate a ciegas por sus principios, debatiéndose en lo que quisiera plasmar y el resultado final de su trabajo, es un investigador de su propios rituales y mensajes y no duda en sacrificar lo que sea, nos referimos a tiempo, ganancias, sacrificio para lograr mejorar día a día hasta dar con ese estilo que exteriorice definitivamente sus fobias, sus urgencias de decir, de gritar que en el lugar menos imaginado esta lo bello, lo simple, lo extraño o quizá denunciar las injusticias personales o sociales como lo hizo Berni por ejemplo con sus legendarios personajes Juanito Laguna y Ramona Montiel, o tal vez acrecentar o desterrar un prejuicio religioso como lo hace León Ferrari en la mayoría de sus obras o ser testimonio de toda una época o reflejar si se quiere la paranoia de un sistema que termina por enloquecernos, por transformarnos en otros que no somos o no queremos ser, entonces pensemos que hacer arte definitivamente no es una cuestión menor para un Concurso, es una decisión que se toma para toda la vida…

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