sábado, 7 de agosto de 2010

¿Imágenes o palabras? Donde concluye el sentido del arte actual



¿Belleza o fealdad? ¿Espiritualidad o degradación física y objetiva? ¿Mensajes reales o figuraciones del inconsciente? ¿Qué es lo que busca un artista hoy en día? ¿Aportar, sumar, criticar, denunciar, señalar, educar? Quizá esto y mucho mas ¿Cuál es su razón si es que la tiene? y a donde se propone llegar cuando en verdad habitamos tiempos de indiferencia suma, donde cada cual corre por su destino sin que pueda importarle nada del otro.
Lo que no debemos olvidar es que para los artistas lo único trascendental es dar a conocer un mensaje sin palabras, es decir a través de un lenguaje estético que puede poseer múltiples alternativas.
El problema es que en el postmodernismo se intenta explicar todo lo que se hace, como si ello fuese una regla insalvable, se deben señalar los motivos por los cuales se plantea uno u otro estilo, las razones implícitas de la obra, el motor que le lleva al artista a crear. Necesitamos saber de la temática que puede poseer todas la variables y los matices imaginados, requerimos que se nos brinden todos los detalles del caso, que se explique de quien ha tomado influencias, que digan explícitamente como, cuando y donde recibieron su instante de inspiración.
Esto sin duda es parte del tiempo que nos toca vivir, por eso cada vez hay menos artistas serios y creíbles, se autodesplazan en sus intentonas de querer brillar por su intelecto cuando el arte es una conjunción de inteligencia, sensibilidad, técnica, esperanza, y muchas otras cosas, es como si un mago develara el secreto de sus trucos, como si un compositor dijera el nombre de su musa, ¿Se imaginan explicando a un concertista digamos un Serguéi Rajmánivov por ejemplo el porque de su talento? Y después como si esto no bastara hay quienes debaten sobre el arte y sus imposibles, teorizando lo que de ninguna manera se puede hacer. Es paradójico que algo tan profundo y simple no pueda comprenderse tal como es, hagamos lógicamente la justificación de que un artista no es solo impulsado por su propia energía creativa, sino que por lo general es producto de la sociedad en que habita, eso ya lo sabemos y si esa sociedad le brinda las opciones y los medios concretos para desarrollar sus aptitudes o muy por el contrario si esta termina condicionándolo y reduciéndolo a un artista solo de fin semana; es decir que la poca o nula promoción cultural que debe incentivar y valorizar el papel del artista, hace que no nazcan nuevos talentos o lo que es peor que queden truncados siquiera antes de saber de sus potencialidades. Un dato aleatorio es que en el siglo XVIII en Europa o Asia esto se iba resolviendo a partir del legado que los padres ofrendaban a sus hijos, así salen a luz las dinastías de artistas que contaban una, dos o mas generaciones y ello explica el porque de su preponderancia, porque hasta sus ciudades son verdaderos museos a cielo abierto.
Quizá para direccionar este concepto precisamos recordar lo que dijeron algunos de los más grandes pensadores universales para entender las nociones que se van perdiendo acerca del arte. El filósofo alemán Fichte (1762 – 1814) consideraba la belleza como una virtud moral, al crear un mundo en el que lo bello, lo mismo que la verdad es un fin en si mismo, el artista anuncia la absoluta libertad que es el único objetivo de la voluntad humana. Kant (1724-1814) el pensador más influyente de la era moderna dirá acerca del arte: resulta paradójico que el arte pueda cumplir un destino que la naturaleza no puede es decir ofrecer belleza tanto como fealdad en un mismo objeto, una hermosa pintura de un rostro feo puede llegar a ser lo más bello. Schopenhauer (1788-1860) otro de los mas geniales filósofos alemanes cree que la satisfacción que producen las obras estéticas, son un medio para esquivar la angustia del mundo cotidiano de ahí su gran importancia. En el mismo sentido Nietzsche (1844- 1900) filosofo y poeta considerado un puente entre el pensamiento antiguo y moderno dirá, que el arte se enfrenta a los terrores del universo pudiéndolos cambiar, generando lo bello a partir de una o cualquier experiencia, de modo que la angustia al contemplarla por los ojos de una artista termina siendo un placer.
Volviendo a la época que nos toca y de cómo necesitamos escuchar de boca de los artistas sus altibajos, sus desaires y triunfos, al dar vida a una obra es posible que ello contribuya claro esta a desvendar los ojos de un publico que aun con todo el esfuerzo le cuesta sentir, no puede vivenciar la experiencia que se le propone, tal vez si nos convenciéramos de dejarnos sorprender, de no anticiparnos a las sensaciones, si tuviéramos a mano una dosis de persuasión que alcance para volver a nuestra capacidad de ser ingenuos a la hora de situarnos frente a un objeto artístico de seguro lograríamos detener los relojes por un instante y sabríamos definitivamente que busca decirnos ese artista y sobretodo que encontramos nosotros en su trabajo sin que nadie nos explique nada. Para hacerlo grafico -Eco de un Grito- de Alfaro Siqueiros o -Finis Gloriae Mundi- (Fin de la Gloria en Este Mundo) de Juan de Valdés Leal, dos artistas de tiempos distantes que con su arte no requieren manifestar textualmente lo que dicen sus obras. Por ultimo necesitamos estar convencidos de que para amar el arte las imágenes fueron antes que las palabras…





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